No es la primera vez que traigo a este rincón a César-Javier Palacios, puesto suelo
tropezar con él muchas mañanas desde las páginas de 20Minutos. En esta ocasión
rescato su artículo referido a los olmos
vivos, aunque comienza su crónica hablando de un mítico olmo: el del Real
Jardín Botánico de Madrid, de 226 años, que atacado por un hongo, grafiosis, que va a
terminar por tumbarlo. los ingenieros de Montes de la Universidad Politécnica
de Madrid, a través del proyecto LIFE+Olmos Vivos se esfuerzan por evitar lo
inevitable al tiempo que dan esperanzas para esos otros olmos que también están
en peligro, tengan o no tengan sus raíces cargadas de años. Tiene nombre propio, como corresponde a su rango: Pantalones. La Naturaleza es
implacable y como todos los organismos tienen su momento, parece que en esta
ocasión les ha tocado a los árboles ser las víctimas propicias. Ley de vida,
como digo, aunque siempre es una magnífica noticia que haya personas
preocupados por salvar la vida a los árboles y que sigan generación tras
generación dando sombra a los descendientes de aquellos que lo plantaron. Qué
distinto, ¿verdad?, de esa gente que se dedica a rasurar nuestros campos como
si se tratase de una gigantesca barba a la que le molestan los brotes. Gracias
César y gracias a esos ingenieros que se empeñan en poner las cosas en su sitio
para que siempre haya quien disfrute de la sombra de los olmos.
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